Las tres claves de la productividad digital

Una de las grandes obsesiones de las empresas actuales es la productividad. Existen muchas referencias que hablan sobre ello: libros, podcast, vídeos… Vivimos en un mundo con muchas responsabilidades y queremos abordarlo todo. Sin embargo, en el mundo digital las reglas se reinventan, esto supone que la productividad también. ¿Cómo podemos ser productivos en el mundo digital?

Productividad clásica

La productividad es una de esas palabras que hemos heredado de la época industrial. La productividad hace referencia a la capacidad de una determinada industria de producir bienes. El objetivo de muchas industrias de principios del siglo XX era mejorar su capacidad productiva para ser más competitivos.

Sin embargo, aunque en las fábricas actuales podemos seguir utilizando esos conceptos, se quedan desfasados en las oficinas donde realizamos trabajo del conocimiento. Trabajos como el desarrollo de software, la innovación, la creación de vacunas o cualquier tipo de trabajo que consideremos complejo, la clave no es producir mucho sino acertar. 

Aun así, hemos mantenido la palabra productividad para hacer referencia a la capacidad individual de hacer mucho trabajo. Nace así una disciplina muy de moda. De hecho, existen negocios alrededor de estas técnicas de productividad individual como puede ser GTD. 

  

La productividad del siglo XXI

Mark Zuckerberg es una de las personas que más dinero ha ganado a través del desarrollo de software. Sin embargo, no necesitó producir mucho software para lograrlo. Su éxito no se basa en producir mucho código, sino un código que provoca mucho valor

He tenido clientes que desarrollan productos en España que tienen más líneas de código que las que necesitó Facebook para ser una referencia. Aplicar productividad clásica al mundo del software es un poco absurdo, porque más líneas de código no garantizan un éxito.

Dado que, en la mayoría de empresas, los proyectos no llegan a fechas y tenemos la sensación de que no cumplimos los objetivos que nos marcamos, solemos apuntar a una falta de productividad. De alguna manera, nuestros responsables tienen que conseguir que las personas (mal llamadas recursos) estén ocupadas la mayor cantidad de tiempo posible produciendo líneas de código que nos permitan cumplir objetivos.

Por mi experiencia, las mejores empresas de desarrollo y los mejores equipos con los que he trabajado son aquellos que apostaban muy fuerte por la calidad. Para ello, se trabajaba de manera cercana con el cliente antes de escribir cada línea, por lo que así garantizamos lo que necesitamos. Además, al desarrollar bajo técnicas de calidad, conseguimos evitar retrabajo futuro o problemas de incidencia.

Producir valor en vez de código

Si pudiera cambiar el Manifiesto Agile de 2001, sustituiría la palabra “software” por “valor”. Por encima de buscar mejores técnicas de desarrollo software, tenemos que buscar mejores técnicas de entrega de valor. El valor ocurre una vez lo tiene el cliente delante y puede disfrutarlo. Cualquier técnica avanzada de desarrollo debe estar al servicio de la generación de valor. 

Si centramos nuestro trabajo en el valor y no en producir mucha cantidad de trabajo, descubriremos una manera muy distinta de organizar las empresas. Para empezar, necesitaremos equipos capaces de generar valor por sí mismos, uniendo diferentes departamentos para poder lograrlo. Al tener equipos capaces de hacer toda la entrega de valor, conseguimos reducir las dependencias, lo que nos ayuda a la entrega de valor. 

Esto supone un cambio de paradigma organizativo. En vez de medir a los departamentos de manera individualizada, lo haremos por equipos y por su capacidad de generar valor.

Foco, el elemento clave

En el mundo hiperconectado y con cantidades de distracciones en el que convivimos, necesitamos foco. A nivel empresarial, existe un gran problema de foco en relación con los  objetivos que realmente son importantes. Al tener estructuras departamentales que no se orientan a valor, nos cuesta mucho fijar objetivos. Un departamento rara vez entrega valor por sí solo, por tanto, es muy difícil que cada departamento entregue valor, siempre necesitará de los demás. Al necesitar a otros departamentos, acabamos debatiendo sobre qué objetivo de departamento es más relevante, lo que deriva en conflictos internos.

Una de las claves para conseguir la vacuna de la COVID-19 fue el foco inmenso de la comunidad científica en el virus. Cuando las personas se enfocan en un determinado problema lo resuelven más rápido.

Por tanto, a nivel empresarial debemos dedicarnos a aquellos objetivos clave para la organización y evitar hacer muchas cosas a la vez. Esto supone tener equipos o personas paradas, que son precisos para actuar, en momentos de necesidad, en aquellos equipos que lo precisen. Anteponemos la entrega de valor a la ocupación constante  de las personas. 

Orden estratégico

Dado que vamos anteponer la entrega de valor a mantener a las personas ocupadas y dado que vamos a implantar técnicas de foco para hacer pocas cosas pero garantizando que se acaban, necesitamos un elemento más. Si asumimos que no podemos hacer todo lo que nos gustaría, debemos elegir aquello que sí vamos a hacer. Para ello, tenemos que ser capaces de ordenar el trabajo o los objetivos en una lista de una dimensión que explique, de forma clara, a todas las personas cuál es nuestra estrategia y cómo vamos a abordarla.

Sin orden, todo tendrá la misma prioridad y volveremos a intentar hacer muchas cosas a la vez, sin acabar ninguna. Si una persona hubiera intentado montar Google, Facebook y Twitter a la vez, seguramente no habría montado nada y habría perdido el tiempo y el dinero. La clave de los productos digitales es el foco en un determinado problema que se quiere resolver. 

Conclusiones

En las empresas del conocimiento, la productividad se basa en la capacidad de producir valor. Para producir valor, tenemos que tener equipos orientados a valor (Value Delivery Teams), foco en aquellos productos o mercados que queremos atacar y un orden estratégico que nos transparente las prioridades de la compañía.

En NeuronForest, acompañamos a los clientes para construir estos equipos focalizados que maximicen su entrega de valor. Por encima de las técnicas milagrosas de productividad, nos centramos en reducir dependencias que permitan o habiliten una mayor entrega de valor.

Y tú ¿eres productivo?

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