Evolución del Delivery

Una de las claves de un equipo es su capacidad de delivery o de entrega. Cuando un equipo realiza entregas es cuando podemos validar el valor que dicho equipo genera en sus clientes. Por eso, sin delivery, un equipo no es capaz de tener un impacto en el mercado que conlleva un retorno de inversión. Sin embargo, la estrategia de delivery ha sufrido una gran evolución en las últimas décadas, ¿cuál se adapta mejor al mundo actual? 

Delivery Sobre Personas

Como consecuencia de la Revolución Industrial, se creó una manera de trabajar donde las personas eran recursos y había que exigirles al máximo para maximizar el beneficio de las empresas. Esta estrategia de delivery supuso el inicio de la revolución de la clase obrera y la aparición de sindicatos que contrarrestaron este planteamiento empresarial. Durante muchos años, hemos creído en la lucha sindical como mecanismo regulatorio. 

 

De hecho, contaba Simon Sinek en su obra Los líderes comen al final, que a partir de la 2ª Guerra Mundial se creó un pacto social entre las empresas y los trabajadores. Las empresas cuidaban de sus empleados y estos estaban toda la vida en las empresas. Todos ganaban y se generaba valor. 

 

Sin embargo, a partir de los años 80, apareció la cultura de anteponer los beneficios a las personas y se generó una cultura de Delivery por encima de las Personas. Con tal de llegar a las fechas y a los resultados esperados, podíamos tener a los empleados “quemados” o al límite del estrés. De hecho, Jeff Sutherland comentaba que en los 80 se encontraba con empresas  en las que las personas se medicaban  como práctica habitual para lograr mantener el ritmo exigido y el estrés subsiguiente. 

 

Esta cultura se ha arrastrado a otros mercados como el Europeo y el Latino, y aún perdura en muchas empresas donde los niveles de rotación son elevados. De hecho, algunas estadísticas, desde hace años, muestran que al 80 o al 85% de los empleados no les gusta su trabajo. ¡Invertimos media vida en cosas que no nos satisfacen! 

 

Personas sobre Delivery

Al igual que aparecieron sindicatos en el siglo XIX para contrarrestar las condiciones inhumanas de muchas fábricas y minas, han aparecido movimientos contrarios a las empresas que apuestan por el Delivery Sobre Personas. 

 

Agile dice que priman “Personas e Interacciones sobre Procesos y Herramientas” como primer valor. Muchas personas han usado la primera parte para fomentar una cultura cuyo objetivo es la felicidad de las personas. A pesar de que podemos pensar que es buena idea, pocas empresas orientadas a la felicidad acaban realmente siendo felices. 

 

Las empresas necesitan dinero para vivir, es el aire para no hundirse, tienen que generar valor en el mercado. Las personas son clave, más aún en el mundo del conocimiento donde los equipos compuestos por personas son esenciales para resolver problemas. Las personas deben estar bien y sus relaciones ser sanas, ¡pero con foco en resultados!

 

Si las personas son “felices” y el resultado de su trabajo no aporta valor, tarde o temprano, esa felicidad impostada se caerá. Nadie puede aguantar eternamente en un equipo o empresa que no genera valor. 

Esta filosofía de la felicidad ante todo, heredada de Agile, está generando mucho daño al sector. De hecho, hay empresas a las que les cuesta entender que Agile sea un aliado de su negocio para sobrevivir al mercado. Se han realizado inversiones muy elevadas en técnicas que se centraban solo en “ser feliz” sin profundizar  en que un equipo entregue valor. Por otro lado, muchos equipos tampoco se centran en esa felicidad pero sí que realizan Scrum sin mirar a resultados y, a la larga, no lo ven como una ventaja competitiva. 

Delivery con las Personas

En NeuronForest, llevamos años tratando de hacer ver que Agile, y técnicas relacionadas como Scrum, se centran en el Delivery a través de las personas. En un mundo complejo, los equipos son la clave en las empresas y estos deben ser medidos por su capacidad de generar valor. 

 

Centrarnos en Delivery pero dejando a las Personas decidir cómo quieren conseguirlo. De esta manera, fomentamos una cultura de libertad-responsabilidad, uno de los motivadores intrínsecos más fuertes. Entregar valor “destrozando” a las personas, a la larga, crea ambientes de trabajo difíciles que generarán alta rotación.

 

Por contra, si tenemos equipos orientados a Valor las personas se sentirán bien al participar en equipos que generan un impacto. Ese impacto es lo que realmente genera una sensación de felicidad. El ser humano está hecho para ayudar a otras personas y, cuando generamos valor para otros, nos sentimos bien. 

 

Un Scrum Team cuyo foco no es el Delivery a través de las Personas es un equipo que dejará de funcionar con el tiempo. Los equipos con buenas relaciones son más productivos, siempre que esa productividad se traduzca en mayor valor para los clientes. 

 

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