La estrategia de la organización es la carta de navegación y la brújula que le permite llegar a buen puerto. Al igual que no se nos ocurriría adentrarnos en el mar si un GPS o unas cartas marinas, lanzar la empresa sin estrategia es dejarla a merced del mercado con resultados inciertos.
Coordinar y alinear los recursos, los objetivos y a las personas para alcanzar la misión de la organización es un ejercicio de compromiso y profesionalidad.
Tener claramente definidas la visión o propósito, la misión o contribución, y los valores o estilo, establecen un marco claro para la toma de decisiones y establecer los objetivos.
Desplegar esta declaración de intenciones a toda la organización requiere de liderazgo, una buena gestión del cambio y estructuras que lo permitan.