Muchos equipos necesitan una persona ajena que les mentorice y acompañe para maximizar su capacidad de entregar valor.
Cuando acompañamos equipos, nos centramos en ordenar diferentes aspectos: trabajo, personas, reuniones/eventos, estrategia.
En un mundo cambiante, es clave que seamos disciplinados y ordenar aquello que depende de nosotros y reaccionar rápido en aquellos aspectos que se escapan al equipo.
Para esto, nos sentamos con los equipos, nos involucramos en su dinámica de trabajo y activamos palancas de cambio que impacten para generar valor.